lunes, septiembre 29

Bien

Hay dos maneras de concebir las cosas: una es por cesárea programada. La otra es por parto natural. Yo quiero transpirar, doctor, quiero beberme las lágrimas, quiero beberme la vida, sin anestesia local ni psicofármacos ni cicatrices. Yo quiero transpirar, doctor, voy a parirme en continuado hasta que siempre. Voy a comerme mi útero en cada manzana. Quiero beberme, doctor. Quiero oír llorar a las cosas, quiero bañarme con las cosas, cortar el cordón umbilical de las cosas, que las cosas me agarren el pulgar y abran los ojos enormes, gigantes. Quiero saber que soy los ojos enormes gigantes de las cosas. Las cosas que yo conciba no van a nacer bajo techo ni desinfectadas, no van a nacer tristes, no van a chocar contra nada.
De las cosas concebidas cabe destacar todo lo que no se destaca en lo absoluto como los filamentos de las hojas y los pulmones de los pájaros. Y si no cabe nos achicamos a ver si entra apretadito. Uno sin destacar lo que no se destaca es obsoleto. No funciona. No-sir-ve. No funciona descontar ni descontrolar. Controlar tampoco. No sirve y no hace falta. Cabe destacar todo lo que no se destaca en lo absoluto por amor al grito y por amor más que nada. Por amar. Desde el primer sonido en la garganta hasta el último clavo en el cajón. Sin controlar ni descontrolar ni contar o descontar. Yo quiero amar, doctor, quiero beberme las lágrimas, sin anestesia local ni psicofármacos ni cicatrices.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX(lease "cssssssssssssssss")xime

Máximo dijo...

yo tambien.

( no como supongo de mi padre aunque virtual virtualmente el digo hoy yo tambien )

Claroscuro dijo...

Rayos, ramón me ganó de mano.

Bueno, entonces voy a ser pesimista:
...
..
.

No puedo.
Te quiero mucho tonta.
Seguí embelleciendo el mundo, por favor.