martes, agosto 2

Domingo

 Quién me pienso que soy para levantar la voz

(pero después también)

por que pienso que tengo derecho al silencio

(y pensándolo mejor)

a quien le importan las medidas específicas de mi angustia

cuánto pesa, a qué huele

si ni siquiera yo sé bien que siento

(si ni siquiera sé sentir bien).

La hora de la crueldad ya pasó

(pero)

ya no queda tiempo para conmiserarse de una misma

la piedad es un músculo que se ejercita

(con paciencia)

con consistencia

la piedad es un arte ajeno.

Lástima a nadie maestro.


Pero también está este otro juego,

el juego de llevarme arrastrando por la vida

(pataleando, vida arriba)

que no entiendo 

(a veces)

 por qué tengo que jugar

 y (otras veces) me resulta regio.

 

Y es difícil pero quién me pienso que soy para quejarme

si difícil es hombrear bolsas en el puerto

no hombrearse a una hasta la verdulería

fuera de la cama

a lavarse los dientes

y a ponerse una remera sin manchas.


La hora de la crueldad ya pasó

(Pero)

La piedad todavía no aparece

Y en el medio sigo verde, sigo mamá mona con banana verde.

29 años son 1450 domingos

Y todavía no me acostumbro

A este olor, a este pegote

A este final que todavía ni siquiera empieza.

martes, febrero 1

Intensidad e incertidumbre, las dos cosas que más me enorgullecen y me vuelven más desagradable.

Poco amena y muy Ximena (qué trucazo, ¿no?).

La pasión por el misterio por la angustia y el conflicto pero también la fobia y las ganas de gentrificarme los barrios más peculiares del cerebro. ¿Quién me manda a ser cobarde pero amar las aventuras?

Las estampitas de mi generación
son coyunturales, como todas nuestras religiones,
y se autodestruyen después de 24 horas
alla James Bond meets Mark Zuckerberg.

Pero en realidad no creo en las generaciones
y mucho menos en la mía
así que para qué Allengisberguearla.


Epistemología Jr.

Me lo dijo mi tía a los siete años cuando reclamé saber japonés y diez otros idiomas y tocar la batería y diez otros instrumentos y las recetas más tradicionales de los cinco continentes y si había vida en otras galaxias y si todos los humanos percibimos igual los colores.


Me miró fijo a los ojos y me dijo
no se puede saber todo.

Demoledor. No-se-puede-saber-todo.
Ahí empezó la debacle, creo.
Mi tía es docente
así que supe
que no estaba mintiendo,
que si ella decía que todo no se puede saber
era por conocimiento de causa.

Igual lo tomé como un desafío
por un rato,
porque terquedad no me falta,
y después lo tomé como un mantra redentorio por otro rato,
porque tiempo no me sobra.

Ahora ya hay cosas que sé,
cosas que puedo intuir
y cosas
que ya no me interesa saber en lo más mínimo. Incluso hay algunas cosas
que me gustaría no haber aprendido.
Lo que sí entendí es
por qué a algunas religiones
les parece bien el asunto de la reencarnación.
No nos asusta la muerte,
nos asusta elegir.

Cuarentena, o formas de hablar de la muerte sin decir muerte

Me reprocho lo inconstante que soy con la gente que quiero, el esfuerzo que me supone mantener amistades, y la insufrible costumbre que tengo de usar el corazón para cualquier cosa menos para lo que deseo. Porque para trabajar somos todas valientes para pagar el monotributo, para analizar Gilmore Girls, somos todas poetas para ir a comprar corpiños al Once. Cualquiera lleva el corazón a ver TikToks. Pero a la hora de los bifes (de seitán) nace una cobarde, se sabe. Nunca escribí un poema de deseo, siempre fueron todos poemas de falta.


Me reprocho
que mis cubiertos no sean todos del mismo juego
y que toda mi ropa tenga manchas.
Le saco la etiqueta a un suéter nuevo
y a las dos horas
ya tiene una mancha de vino en el frente.
Y tiro cosas
todo el tiempo
como si mis manos fueran tentáculos enmantecados
con perdón de los pulpos pasteleros.
He roto vasos de plástico
¿quién rompe vasos de plastico?
Ni los nenes
ni los pulpos
ni los huracanes.
Rompo todo
gasto todo
todo se arruina y se hace viejo entre mis manos.

Me reprocho
me juzgo y me condeno
la dejadez con la que me corto a mí misma el pelo
con una tijera de cocina
porque ya sé que va a malir sal
lo sé desde el principio y no me importa
y me torturo
mirándome al espejo y pensando qué dejada
cuándo dejé de pintarme las uñas
cuándo me dejé de poner aros
cuándo dejé de usar hilo dental
y por qué a mi alrededor
todes parecen tener 3 filtros uno arriba del otro
¿no les cuesta vivir?
¿no les cuesta energía la mera existencia?
¿de donde sacan las ganas? ¿cómo hacen?

Me reprocho, escudriño y opino
y pregunto por qué soy así
por qué
no puedo dejar de ser así
o de ultima
dejar de ser.
Y mantengo el insoportable hábito
de ser siempre inadecuada
de no poder esconder lo que siento
de no poder sentir sin esconderme.

Me caigo con mil condenas
con todo el peso de la ley
orden en la sala
pero nunca viene el castigo
nunca llega la sentencia
nunca está claro cuánto tengo que pagar
y si puede ser en cuotas.
Lo único que pago por ahora
son sesiones de terapia
y cosas que no necesito en MercadoLibre.

¿Te asustás si tu papá mata un chancho?


¿Te asustás si tu papá mata un chancho? 
Si tu papá
un día, de la nada,
trae un chancho a la casa
lo nombra, lo señala
lo mima, le juega,
lo alimenta con bellotas
le enseña unos trucos
le cuenta unos secretos.

Si tu papá
llora con el chancho
y ríe con el chancho
y sienta al chancho en su mesa
y comparte el pan con el chancho
y lo viste con la ropa vieja de tus hermanos.

Si tu papá le dibuja un retrato al chancho,
donde el chancho aparece
echado panza arriba
en una cama de flores.

Si tu papá le pregunta al chancho
sobre sus opiniones políticas
e indaga sobre sus sueños, sus esperanzas,
sobre cómo es el mundo
que el chancho quisiera dejar a sus hijos.

Si tu papá parece darle
categoría de persona al chancho
y espacio para ser
persona.

Si tu papá
lleva al chancho al fondo
detrás de la higuera
y le abre una sonrisa
sangrienta
en uno de los pliegues del cuello
que mana sangre tibia
interminable hasta que se termina
y se oye al chancho chillar
hasta que no puede
chillar más, y ahora no son flores
sino una cama de sangre
que nunca será morcilla
¿vos te asustás si pasa eso?

Ahhhh
Te asustaste.

jueves, octubre 31

Cuando tenía seis años
me mandaron
a la colonia del Club Banco Hipotecario
que era en ese entonces, para mí,
el mejor lugar del planeta
pero también el lugar más terrorífico,
como suele suceder.

En Celina en esa época
llovía bastante seguido
y en el bosque detrás de los juegos
se formaban lagunas
y aparecían mojarritas
y renacuajos
casi
por generación instantánea.

Con la botella de HiC
que me había tomado durante el almuerzo
pesqué y nombré un renacuajo,
Hannibal,
porque esa misma noche
había visto El silencio de los Inocentes
a escondidas de mi vieja.

Siendo sincera, yo quería una mojarrita
para descubrir el misterio
de cómo puede un pez llegar a un charco,
pero cuando me enteré que Hannibal
iba a mutar en rana,
todo cambió.
Hannibal,
vos estás para más, le dije
no podés vivir en una laguna
que en pocos días más
será historia.

Hannibal, voy a llevarte a conocer el mundo.

Y ahí fuimos, él en su agua pantanosa
fue desarrollando patitas
y siempre que lo miraba
había evolucionado un poco más.

Me había obsesionado un poco con verlo mutar en vivo
e intentaba mirarlo sin parpadear
para que cuando la nueva pata apareciera
pudiera entender cómo ocurría.

De repente
entre el marrón del agua
pude ver sus ojos un día
y empezó a tener una cabeza
y su cola se empezó a acortar.

Íbamos a todas partes juntos
y yo le explicaba
todo lo que sabía sobre el mundo
esto, Hannibal, es árbol
sirve para treparse
esto, Hannibal, es Sega Génesis
si los cartuchos no funcionan
hay que soplarlos.

Hannibal dormía debajo de mi cama
e iba escondido en mi mochila de vuelta al club
todos los días.
Hasta que un día Hannibal
trepó al borde la botella de HiC
y empezó a querer salir
ya con sus patas
con su cuello
con su no-cola
y todo lo demás.
Había desarrollado
una piel resbaladiza
un poco moteada
y ya no se le veían sus órganos internos.

Adios Hannibal,
le dije con respeto.
Adiós al renacuajo más grande que existió
espero que cuando veas una Sega te acuerdes de mí
y que nunca te agarren con una pistolita de balines.

Hoy me acordé de Hannibal
el anfibio de mi alma
ojalá haya reinado entre los suyos,
y que el dios sapo lo tenga en la gloria.


Grrrruñaú

No hay forma de contener el entusiasmo
y a veces pierdo amigos
por desear demasiado
en la dirección incorrecta
y sin suficientes matices,
por eso siempre quise
que los humanos tuviéramos un aullido
pero tenemos cultura
palabras
plazos fijos
y con eso no puedo hacer nada
pues no son materiales nobles.

Mi gata hace un ruido
cuando me despierto y sabe
que voy a ir a abrirle la puerta
para que pueda investigar las plantas.
grrrruñaú me dice
y pega un salto en el lugar.
Esto es lo que siento,
quiero explicarle,
cuando hay oportunidad
de salir a ver el sol,
o de ver mi película favorita de nuevo
o de que me acaricien el lomo
o de hablar con alguien de estructura dramática.
Grrrrruñaú me dice
y me señala la puerta,
y entonces las dos sabemos
que esto es muy importante
y la razón de estar vivas
porque es grrrruñaú,
lo mejor de lo mejor
otra mañana más
en nuestra propia casa.

Pero yo no soy gata, porque no me da el cuero
y entonces,
¿Qué pasa si siento
profundo e intenso por el río
por Perón o por
las montajistas de los inicios del cine,
qué pasa,
yo sé que no es un buen look,
pero no se dieron cuenta
de que yo no tengo un look?

Tampoco tengo pelaje,
no exageremos,
que todos sabemos que no podría
mantener un buen pelaje,
para eso se necesita
mucho más amor propio.

¿Pero qué pasa si siento
pasión
por un chiste ingenioso
o por un dato asombroso,
o si todavía conservo
la ilusión
de que cada vez que entiendo una sola cosa
en realidad estoy entendiendo el universo?

¿Qué sonido puedo hacer
cuando hacés un gesto con tu cara
que no puedo explicar cómo es
pero me lanza a un precipicio de entusiasmo,
porque pude verlo,
pude estar acá,
mientras tu cara estaba así
y vi partes de tu alma
que no sabía que existían
manifestarse en tu cara?

¿Cuál es
el grrrruñaú de los humanos,
y podemos por favor,
homologarlo?








De Animales I

Una serpiente inofensiva
la culebra
avanza a la vera del riachuelo
se sube a rocas húmedas, raíces, se embarra,
nada,
la tierra pantanosa le sienta bien.
Una serpiente resbaladiza
la culebra
En zig zag rápidamente casi una danza
en zig zag
ridículamente.
Una serpiente capaz de todo
la culebra
cambia de piel cuando siente que es correcto
y es correcto
a menudo.

Se desliza por fuera
de sí misma
en zig zag la piel seca se la lleva el río,
en zig zag
la culebra al sol,
animal de río
por fuera de sí misma.

Una serpiente inofensiva
la culebra
la culebrilla
el culebrón,
inofensiva
resbaladiza
capaz de todo
lo que siente que es correcto.

martes, octubre 1

Baldosa

Paseamos por ahí, porque algo hay que hacer
que no nos de náusea.

Porque hay sol y porque no hay alternativa,
cruzamos calles con baldosas revoleadas con cubilete
Y estudiamos los estratos geológicos
1ue fueron dejando las gestiones
desde De la Rúa hasta Larreta que es lo que conocemos,
y más atrás lo que nos contaron,
y más atrás lo que nos imaginamos, 
porque Argentina nunca hace películas de época.


Analizamos las filas de baldosas
con desapego,
como si la historia fueran solo diseños de baldosa:
Las beige a rayitas, las grises a cuadros,
las que tienen pedacitos de otras piedras dentro.
Discutimos sobre las baldosas de otras ciudades
y por primera vez me doy cuenta
que nunca les presté atención.
¿Acaso se puede decir que uno viajó
si no conoce las baldosas extranjeras?

Teorizamos
sobre las razones para andar cambiando
las baldosas compulsivamente
para hacer borrón y cuenta nueva
y que no haya huella
en el sentido más aburrido del término.


Tratamos de entender, ¿por qué hay que hacer algo?
¿Por qué hay sol y por qué no hay alternativa?
¿Por qué hay gente amable como lavarse la cara con agua tibia,
y gente que busca pleito sólo para decir la palabra pleito?
Y tratamos de hacer lo posible por ser una caricia
pero con la presencia de una piña,
de ser suaves como una brisa
pero con la contundencia de un tsunami,
porque no queremos que el mundo se termine
y no haber dejado huella
en el sentido más divertido del término.


Pero al mismo tiempo
qué manija ¿no?
de dejar de pretender que la historia sea algo
y verse a una misma como diseños de baldosas


revoleadas con cubilete sobre la propia topografía.

miércoles, septiembre 11

Buenozaire

Edificio inmenso iluminado a duras penas
Y todo lo demás que es miserere y palabras inventadas
Porque lo mejor que tenemos son nuestros nombres
Es hora de reconocerlo.


Un vagón de subte pasea al sol
Antes de que lo trague el pavimento
Y es un momento único en el paisaje
Como la vez esa
Que salía espuma de las canillas de una fuente
En Parque Chacabuco
Y nos sentimos hashtag blessed
Por poder presenciarlo.


¿Pero dónde están los ancianos de Palermo
Que se sientan en las ventanas
A ver el show de la obsolescencia programada
Caer sobre sus enemigos?
¿Alguna vez los vieron?
Están esperando
Que la penumbra se trague a las hamburguesas gourmet


De madrugada en Patricios
Se escucha a un afilador
Chiflando desde la última sombra
Y la niebla lo abraza y lo esconde
Porque en Buenos Aires
al que no duerme
Dios también lo ayuda


¿Pero dónde están los sacerdotes,
Quién oficia los funerales de mi ciudad
Cuando la modernidad
Se lleva puestas las disquerías
Y el todopordospesos


Se lleva puesta la modernidad?

ORDEN Y PROGRESO

Así es como me siento en mis mejores momentos
la textura de un repollo amarronado
rojizo amarronado producto de la oxidación
cortado al medio.
La realidad nunca está tan limpia
a mi lado pasa un pez que no reduce velocidad en la ochava
En mi vision periférica pasan caras con sus propios pies
pasan perros sin dueño y gatos sin patrimonio
y los miro con el shutter bajo y se mezclan
los colores
Y siempre termina en marrón.


a mis pies hay chicle
antiquisimo
baldosas de varias eras
restos de excremento mezclados
por qué tienen que amontonarse las cosas,
por qué se mezclan las texturas y los olores
y se vuelve tan complicado
si el mundo podría ser más
como un bento
como una caja de lápices
cuándo es que uno es adulto
y su casa queda ordenada
como en las publicidades
un lugar para cada cosa y
cada cosa en su no lugar?


Mi casa nunca
mi casa siempre tiene pilas
pilones de cosas
de las que no sé nada
polvo en las juntas de los muebles
Tres o cuatro tipos de mugre
Que no se como limpiar
el olor del baño se mezcla con el de la comida
el de la comida se mezcla con el de las sábanas nuevas
las sábanas nuevas son nuevas por muy poco tiempo
no podemos tener cosas bonitas
pero nuestras cosas
son las más bonitas que hay.


Es difícil difícil difícil
discernir algo
cuando no se sabe lo que es el orden
ni se entiende
qué es lo grave de separar las cosas
por categorías
y qué es lo grave
de darle una categoría distinta a cada cosa
y que haya tantas cosas
como categorías
porque es solamente un juego
particularmente divertido
sacar todos los fideos de un plato
ponerlos estirados uno al lado del otro
de menor a mayor
de más blanco a más amarillo
quitar cada trozo de cebolla de la salsa
separar
la albahaca
del tomate
no va ayudar a entender la pasta
Ni a descubrir
El origen del fideo
solamente es divertido
relajante
como esos libros de mandalas
que colorean los yankis
y la gente que no quiere ir a terapia.


Cuando tenía tres años
mientras soplaba las velitas
tuve un descubrimiento
Fascinante y desgarrador:
cada año que pasa
uno está cada vez más usado
cada día más sucio
lavarse es
ensuciarse con jabón.
Todo lo que tocamos
nos deja huella
todo lo que comemos
todo lo que miramos
deja microtatuajes
por todo nuestro cuerpo
y aunque nos crezcan uñas nuevas
y cambiemos lentamente la piel
descamándonos en cámara lenta
como la serpiente más ineficaz del mundo
uno es uno
y tendrá que serlo
por el resto
de su vida.


Así que no pretendamos
que es posible
limpiar algo
ordenar algo
catalogar algo
marikondear la cocina
ordenar las especias
tenerlas
en frascos todos iguales
Y que la vajilla coincida
Con el color de los cerámicos,

es imposible.