sábado, enero 17
Frotar estregar fregar refregar restregar friccionar rozar
Es tarde. Es demasiado tarde, es bestialmente tarde, es desubicadamente tarde y Quién se sigue revolviendo las neuronas y revolviéndose en la silla, buscando el recuerdo de alguien, el concepto de alguien que tenga los dedos lo suficientemente largos como para rascarle el esófago, que le pica a masnopodér. No encuentra nada. Desordena todo. Pero es tarde. Es demasiado tarde, es inconvenientemente tarde, es fatalmente tarde para las cosas que eran y ya no son, y Quién piensa en la forma que tiene de caer la lluvia sobre las cosas que no son pero están. Circular, se sonríe. Ahora todo le parece tan influenciable que un pulmón le suspira (puchaché) y el otro se estremece. Le dan unas ganas orgullosas de tocar todo y otras ganas a escondidas de que todo lo toque. Ayer leyó un libro que decía la palabra lullir, y comprendió que mientras todo lulla las cosas no van a estar tan mal. Se sirve café y está seguro de que si pudiese abarcar al menos la mitad de las cosas que implica el café se sentiría más digno de tomarlo. El café lulle la lengua y Quién entiende que se acaba de tomar a alguien con los dedos lo suficientemente largos como para rascarle el esófago. Calma.
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