miércoles, julio 30

Historia (clase de)

Cuando eramos chicos nos sentíamos solos así que nos conseguimos un perrito. Era medio tuerto y medio feo pero lo queríamos igual porque nos distraía. Servía. Le decíamos que trajera la pelotita y hacía caso. No nos mordía. Le dabamos de comer todos los días y movía la cola. Cuando movía la cola teníamos la impresión de que nos movíamos nosotros, pero era una ilusión espiritual. Un día el perrito se murió de viejo, se murió de feo y de tuerto. Ahora lo tenemos en el patio. Le decimos que traiga la pelotita y no hace caso. Tampoco mueve la cola. Lo único que hace es pudrirse y apestar. De todos modos le damos de comer todos los días. Crear otro perrito cuesta, finjamos. Mientras hagamos de cuenta que sigue vivo no vamos a sentirnos solos. Aunque la nariz. Este perro apesta y uno no puede cerrar la nariz.

3 comentarios:

Claroscuro dijo...

¡Si! Prosas. Amo tus prosas. Tus poesías no están mal pero por sobre todo AMO tus prosas. Ojalá escribas muchas y nos deleites y aterrorices a todos hasta la muerte. He dicho.

pio dijo...

Si me detengo en la naturaleza de este texto, sería horripilante decir "me gustó mucho" o algo de ese palo. Pero sí, me pareció un gran texto.

Anónimo dijo...

el jardín nos huele mal, pero peor sería oler nosotros a nosotros mismos.
todos tenemos nuestro perrito en el jardín y lo triste es que el mundo va a seguir girando.

y qué linda la foto de tu ojo de acá al lado de esta ventana.
qué ganas de verte que tengo yo.
buenos aires ya me ha recibido con las piernas abiertas(: