miércoles, enero 24



Mi alma tiene una pandilla
para sentirse segura y poderosa.
Mi nombre en clave, Barbarie.
Una campera de cuero rosa que diga Barbie atrás
con purpurina.
Una equis tatuada en mi frente para afirmar mi identidad:
soy nacida incógnita, y no me interesa responder preguntas.


La pandilla del ámbito de la necesidad,
quizás cuando las cosas cambien
intentemos tener bancas en diputados.


Ahora tenemos Twitter instagram y gargantas gritonas,
tiempo libre made in desempleo
y muchas ganas de sufrir lo menos posible.
Pero entre muerte
desprotección
desidia y hambre
sólo podemos incendiar cosas
para darle un cuerpo
a la violencia.


Mi alma tiene una pandilla
la pandilla de los niños del verano.
Nos encantaría poder resolver todo
con batallas de baile y trending topics
pero nos despiertan el deseo de decir pandilla,
el deseo de decir incendio.


Atenti
dice la pandilla de mi alma
esto no es un manifiesto adolescente
somos lo más humano
que hizo el humano hasta ahora.


No se equivoquen
grita la pandilla
nuestra empatía no es una debilidad.
Manejamos mejor el símbolo,
manejamos mejor el fuego.
No revuelvan el avispero.

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