viernes, noviembre 27

Para el funeral
de nuestro amor
no voy a vestir de negro
porque no voy a vestir.
Voy a tener un girasol
vivo entre el pelo
y cuando me pregunten cómo estoy
voy a contestar que
estoy fantástica.
Voy a ponerme dos geranios en cada oreja
para que se solapen
con tu voz de muerto
en pleno canto mortuorio
y cuando te diga somos
los bichitos más tristes del mundo
vos no vas a mirarme a los ojos
y nuestro amor va a revolcarse en su tumba
y a nosotros nos van a doler las piernas.
Voy a decir polvo eras y en polvo te convertiste
y vos te vas a reír y a hacer chistes con pijas.
A mí probablemente
me causen gracia.
Para el funeral de nuestro amor
voy a escribir un poema
bello pero
nauseabundo
que hable de cómo pensé que eramos eternos
y de cómo ahora quiero estar bajo tierra
con él.
No vamos a cremar a nuestro amor
No vamos a ponerlo en un nicho
ni momificarlo.
Vamos a enterrarlo
porque la idea de que las lombrices
se lo cenen
nos parece hermosa
y porque después de tanto
masticarnos
nuestro remordimiento nos obliga a hacer el bien
común.
Al funeral de nuestro amor voy a llevar
algún recuerdo bello
como cuando dije que eramos fénixes
o cuando comíamos chipá
y voy a depositarlo junto a su lápida
para que no se sienta solo.
Voy a tratar de
no ir a visitarlo muy seguido pero
no te prometo nada.
Los únicos invitados vamos a ser vos
y yo
pero vos probablemente
te quedes dormido
y llegues para cuando mi ropa ya
esté en su lugar.
Ya lo tengo todo planeado:
el funeral de nuestro amor
no va a costarte un centavo.
Si uno tiene huesos de vidrio no hay nada que se pueda hacer. Y si tiene pensamientos de mar revuelto. O abrazos de frazadita. No se puede. No hay cirugía capaz de resolver la debilidad de los brazos o la electricidad del cerebro. No hay terapia de electrochoques ni psicoanálisis, y los jarabes se vencen, y uno también. Al final es todo desierto, impunidad y animales muertos. Uno se arrastra y traga arena y quiere morir. No quiere sentirse bien, quiere morir. No quiere trascender los problemas ni alcanzar un oasis ni enamorarse. Quiere morir. Uno tiene huesos de vidrio, y exceso de electricidad en el cerebro, y abrazos de frazadita. Uno está compuesto por los elementos más complejos y pesados del mundo y si tuviera más átomos no sabría qué hacer con ellos. Uno está solo como nunca y tiene la piel fina fina finísima como si fuera papel aluminio y las cosas son todas punzocortantes y Uno tan frágil y el mundo tan bruto. Jamás. Imposible de arreglar. Uno tiene huesos de vidrio, olor a lluvia, pensamientos de mar revuelto. Uno no entiende y no sabe y trata de coordinar pero rompe las cosas. Imposible. Uno es uno solo (desnutrido). y el mundo pesa ocho toneladas.

miércoles, noviembre 25

Piangio.

Todo pensamiento sumergido en un líquido será empujado con una fuerza vertical ascendente igual al peso del volumen del fluido desplazado por dicho pensamiento. Me derramo. Si existen o no los peces, eso a mí no me concierne. Estuve pensando seriamente en que Buenos Aires es sexo y no puedo sacármelo de la cabeza. Más ahora. Con toda esta humedad. También estuve pensando en los pulpos. En lo que hacen los pulpos. En lo chiquitos que son los pulpos cuando nacen y en lo maravillosos que son cuando se esconden. Cambian de textura y de color y se mueren de hambre para no dejar solos a sus hijos. Cuando no comen se ponen grises y se secan. También estuve pensando en la tierra. Dentro de la tierra quiero decir. En la piel de las lombrices cuando llueve y hacen agujeritos en el suelo. Estuve pensando en la sangre de lombriz y en la clorofila. En savia chorreando de un árbol y en sangre chorreando de un tipo. Una lombriz partida en dos. La piel anfibia y las manitos de las salamandras. Dicen de las salamandras que si les cortás las manitos les vuelven a crecer. Yo no me atrevería pero tengo unas ganas.
Pensé toda la noche en que hay agua en la luna. En que cuando la luna estaba más cerca las olas eran así de grandes y que ahora cada vez se aleja más, en forma de espiral. Eso no podría ser más triste y no podría parecerme más bello. Todas las cosas en el universo se alejan. Es como cuando un charquito se expande, pero más grande. También estuve pensando en gente besando. En la textura de los besos, bah. Me parece algo sobrehumano. No sé muy bien por qué.
Pensé todo el día en cuando uno va a la playa y mete los pies en la orilla. No hay pies más bonitos que los que están adentro del mar. Una vez vi un aguaviva que era de este tamaño y me asusté. Pero estaba muerta. Tenía la cabeza llena de electricidad. Me hizo acordar a mí y entonces me asusté más.