jueves, septiembre 4

Cuando no hay nada por llorar
se petrifica hasta el vómito.
He decidido abrazarme a todos mis fluídos
no sudo ni una gota
no menstrúo
no salivo.
Velar el vómito que no se ha derramado
es el funeral de la comida que digerimos de más
juntar los pañuelos descartables llenos de mocos
única pertenencia del que no tiene ni amor propio
junto con el colesterol alto y el saldo negativo de la sube
y emprender la aventura
de esperar un bondi
toda la noche
con todo el alma
con la dedicación de la Madre Teresa
y la bizarría del Libertador don José de San Martín.
Ver amanecer
esperando el bondi
baja la temperatura de golpe
la niebla esconde los huesos
y me deja toda carne
toda churrasco
con los mocos en las manos
con las manos llenas de moco
con la garganta ácida de bilis.
Soy un roedor nocturno
la rata de la noche se desplaza, sigilosa
la rata de la noche espera el colectivo
con parsimonia
con precisión
atenta a los sonidos de los gatos madrugadores
abrazando sus mocos
abrazando sus fluídos
los ojitos negros entrecerrados
hurgando en el fondo de los bolsillos
con las manitos rosadas
con los deditos largos de rata nocturna
a ver si encuentra
algún moquito más
una monedita plateada de cinco centavos
y entonces se acuerda: las ratas no tienen bolsillos
y pasa el colectivo.

Lo dejo pasar
Doy media vuelta
vuelvo caminando a casa.


Por amor o por bronca
me gesté envuelta en la crisálida del sueño pop.
A los seis años
bailé coreografías de Britney con el pupo al aire
y aprendí el significado de la palabra lurex
antes de cumplir los diez.
Siempre sentí gran placer
cuando me combinaba el esmalte de uñas con los zapatos
y modal jamás
y joggin sólo en casa.

Me pasaron por encima Generación Pop
Cantaniño
Operación Triunfo
Popstar.
Todos esos chicos conviviendo en "la academia"
siendo nominados para dejar "la academia"
llorando con el coach en "la academia"
porque no tengo el amplio rango vocal de Christina Aguilera,
y ¿cómo voy a cumplir mi sueño si no puedo cantar como Christina Aguilera?
Y eso que todavía no existían las redes sociales
y eso que estábamos en crisis
pero no importa
todos llamábamos
cincuenta centavos más IVA
y votábamos
5 para que se quede el Colo
6 para que echen a Pili
7 para que gane Sebas
todos se llamaban igual
todos tenían el sueño
todos cantaban desde los seis años
en la Fiesta Anual de la Berenjena
y hacían llorar a la abuela
que iba a verlos con una cartulina llena de purpurina y plasticola.

Sueño
para la tele
es una palabra muy importante.

Me atropelló Amigovios
Cebollitas
Chiquititas desde 1995
hasta ese que tenía a Facundo Arana todo pelilargo tocando el saxo
los huérfanos más chetos de la historia
toboganes en vez de escaleras
los mejores juguetes de mattel
soñaba con que mis papás desaparecieran para poder irme a vivir al rinconcito de luz
lo único que tenía que hacer era usar un uniforme horrendo
pero a cambio podía cantar todos los acontecimientos de mi vida con coreografías elaboradas
tener aventuras infinitas
luchar contra los malos.
Romina Yan era la madre que siempre quise.
Todos los huérfanos terminaban siendo rockstars
el sueño se cumplía
el sueño siempre se cumplía.

Quizás por eso es que después de tantos años
de intentar encontrar mi identidad
en las zonas más oscuras y misteriosas del comportamiento humano
y de ir a academias de verdad
a aprender sustancia verdadera
y de tener alegrías de verdad
y dolores de verdad,
termino vestida de dorado
enfrentando todo en mi vida como si mis fans fueran a llamar por teléfono para salvarme
3 si querés que se quede Xime
escuchando los románticos de la 100 en el colectivo
y haciendo la mímica mientras me miro en el reflejo de la ventanilla del bondi
bailando chiquito en el lugar
relojeando a la señora que está sentada al lado mío
a ver si sabe
a ver si se da cuenta
que soy la nueva artista revelación
como si tuviera seis años
y tuviera el pupo al aire
y pienso
en mi cara inmensa en un cartel que se ve desde la autopista
se me ve mirando al horizonte
pensativa.

Cumplir el sueño
llegar al éxito
quedarme en la academia.