martes, abril 5

Una vez nos encontramos dos palomas agarradas de las patas.
Una hembra y un macho.
Yo te miré y vos me miraste y sabíamos todo:
hay veces que los símbolos y la mamushka gigante, etc.
Vos querías matar una de las palomas.
Yo te dije que necesitabamos separarlas.
necesitabamos.
Julio te dio un cuter y mientras vos sostenías las palomas
una con cada mano
y las sentías latir
y ser sucias
y no entender nada
él cortó el precinto que las ataba
y hubo mucha sangre
y yo te amé la cara de asco
y nos entendimos mucho.
La hembra se fue volando consternadísima.
El macho tenía la patita rota y sangrante
y se quedó quietito
ensangrentando el piso
con cara de nada.
Le di galletitas y agua
en una tapita de gaseosa
y tuve mucho miedo de que
se lo comiera un gato.
Al otro día ya no estaba.
No sé
si se lo comió un gato
y tampoco sé
si la hembra se murió en el camino
o si se volvieron a encontrar
y se hicieron un nidito de amor
tampoco sé quién fue
el forro hijo de puta que las ató
de las patas
y las dejó tiradas
a ver qué hacían
pero
las desabrochamos
y nos entendimos
y creo que fue una de nuestras mejores aventuras.
Ahora no sé
si a vos te comió un gato
o si yo me habré muerto en el camino
pero
algunos días
pienso que no importa.

2 comentarios:

Amaury Salas dijo...

Palomas...

Lara dijo...

ME ENCANTA! y me encanta hablár encima de tus vómitos :)