lunes, agosto 24

Vos no te diste cuenta
pero una vez
te pusiste el mundo en la boca
y lo deshiciste
con la lengua
de a poquito
y yo entendí que
sos el tipo de tipo que
sabe por qué la lluvia y por qué yo.
Vos un día te pusiste el
mundo en la boca
lo convertiste en
sustancias simples y
lo absorbiste.
y yo
decidí que me ibas a prender fuego.
Ahora que me
consumí
no sé qué hacer con todo esto.
Tus manos de tipo grande me hago chiquitita y trato de que no me exprimas. Todavía hay veces en las que pienso que si no me tocás no existo. Y todavía hay otras en las que con olfatearte obtengo todas las respuestas. Olés a tierra mojada y a caja de lápices. Yo todavía puedo abrazarte así y pasarte la nariz desde los hombros al mentón como si te estuviera arrancando un trocito. Me encanta. Te volvés carne y calor y siento que me hago tangible. Ya no. Ya no debo quiero decir y me desaparece la garganta así que no digo. Quiero decir. Y trago. Trago palabra por palabra y sonido por sonido. Trago. Todavía pero ya no debo. To-da-ví-a-pe-ro-ya-no-de-bo. Y me atraganto de pura gorda con el atracón de palabra que me doy.

Soñé

Mi papá se enojaba
y me decía VOS
sos hija de la cultura del lebberwurst.
Germán se había insolado
Pablo tenía miedo y yo
no podía hacer la tarea de matemáticas.