domingo, noviembre 16

O

Amelia y su sexo se las arreglan para no dejar dormir. Está el colchón lleno de instintos primordiales y los dos hasta la nuca de coreografías ensayadas. Ella que le dice cuidado conmigo y al mismo tiempo ay que se me resbala la ropa y el otro que le corrige muñequita: la ropa te la resbalo yo, pero a la vez trata (y de a momentos se olvida de tratar, de destratar y de todo lo demás) de evitar la sublimación del propio cuerpo mientras Amelia besa y muerde y enreda pero no deja de ser la cosita Minúscula (con m mayúscula) que es Amelia. Santiago y su vértigo le dibujan líneas oblicuas en el cuello con la boca y con miedo, y entonces Amelia le dice vayamos despacito, pero el vestido se desabotona (¿solo?) y él le dice que vayamos como quieras, pero el pantalón se escapa corriendo atrás del vestido. De ahí en más todo lo subyacente a lo que estuve diciendo: Amelia deja de ser Amelia para pasar a ser Yin y Gin, y Santiago se agarra un pedo de novela hecho Yang hasta que Tao. Y Amelia llora. Porque eso es lo que hace Amelia cuando está demasiado: llorar. Llorar suave y bonito, y dejar que se escapen unos pares de hipos y algunas palabras en catarata. Pronuncia un nos amo, como si el otro le hubiera preguntado qué estás haciendo. Santiago sabe que silencio, que mirarla. Porque eso es lo que hace Santiago cuando está demasiado: callarse y mirar. Después se meten adentro de sus bordes otra vez, y pegan un límite con el otro para escucharse latir adentro. Está el colchón lleno de una ternura blandita y suave, y los dos hasta la nuca de la gente que no contempla. Santiago y su calorcito se las arreglan para no dejar dormir.

6 comentarios:

Magui dijo...

esto lo leí ya yo. y yayo también piensa que el otro de amelia está muy terrible bueno también.

y que sino fuer apor vos el nombre amelia sería feo.

y además de todo eso, te amo mucho un montón

Unknown dijo...

y daleeeee

Unknown dijo...

soy uni, margotita debe ser mi vieja.

Unknown dijo...
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Claroscuro dijo...

Me gusta ese estilo tuyo de los textos reversibles o textos-bolso (que se puede abrir por cualquiera de los dos extremos). Después me tenés que contar si lo robaste o es en verdad tuyo. Y no es que haya verguenza en robar, pero si es tuyo (lo cual no me sorprendería) es mucho más genial.

Ah, y de tanta ternura que exhalás así tan campante se me está contagiando un poco. Después si tenés ganas echale un poco el ojo; y si podés comentarte algo, aún mejor; tus comentarios son tan poco frecuentes que los colecciono.

Igual, más que ternura, es nostalgia. Pasa que no se mentir yo. Por eso no escribo ficción y por eso mis poemas se balancean en la fina línea entre genialidad y patetismo.

dijo...

Hernoso escrito.
Cuantas Amelias hay en el mundo... cuantos Santiagos...
cuantas soledades desoladas...
bello
mil besos