sábado, abril 26

Odobenus rosmarus

Me entro en la salida yo, me río a mí misma me río, porque no tengo más nada que hacerle a la nada. Tuvimos que bajar abajo yo y vos, porque sino no íbamos a poder subir. Vimos que se vendía un automóvil y nos resultó de lo más raro. Vimos que se vendía un hombre y no tanto. No nos dejamos comprar, y entonces nos tuvimos que correr yo y vos. La maratón nos corrimos los pies. Nos corrimos. Y pasaron las damas primero y nos miraron con cara de asco y con cara de ganas y los niños pasaron primero y miraron sin caras porque así es como se manejas ellos: sin, y vos te reíste a vos y yo me reí a yo, aunque ya no estaba segura de dónde era yo, y tampoco me habría buscado. La verdát así se está más mejor, la vera que sí. Más mejor, no menos pior. Pior casi nada en realidat. Piar tampoco, pero volar y empollar sí.
Tuvimos que bajar abajo yo y vos, porque sino no se podía subir, así que nos caímos a nosotros mismos y desde el suelo nos olvidamos de lo que. De que somos arriba. Nos olvidamos hasta que nos acordamos más o menos y ahora nos sobra un piso que no sabemos donde lo vamos a ponerlo.

-No sé, el tren es poder
-Casi todo
-Pero te tengo hecho sangre y circulando y ojalá poderte contener y darte algún otro ambiente. Soy mínima. Y vos sos un hongo atómico.
-No me falta espacio, me falta consistencia.
-No la necesitás. Yo hablo de mí, de lo que a mí me gustaría, de lo que yo sugiero. Pero en realidad no quiero nada y sentirte es maravilla. No sé, el tren es poder. Casi todo el.
-Pero viajar es acción holográfica y los trenes son instrumento del viaje. En realidad estamos en todas partes y la verdad es una sola cosa: necesitamos nos. Vos a vos, yo a yo.
-Vos y yo somos más o menos lo mismo
-Un colchón, un vaso de agua, un cuerpo.
-Uno solo.
-Sí
-No más consolarse.
-Y no más náuseas. No sé, nosotros es poder.
-Todo el.
-Me tenés hecha un nudo en la boca del estómago. Movemos trenes y hacemos de cuenta que no sabemos: patraña.
-Yo hablo de mí, de lo que a mí me angustia, de lo que yo temo pero
-en realidad no estás triste y sentirte es maravilla.
-Me voy.
-¿te vas?
-En tren.
-En vos.
-En vos.
-Llevame.
-no puedo no. Estás en la boca del estómago, te llevo
-Sí. Todo lo que puedas por favor.

sábado, abril 19

Viaje (todo)

Interrupción
Rotunda de
Sonidos
Equivocados.
Irse.
El tren los rieles el humo (señales de). Vos el tren los rieles el humo la distancia. La distancia y el miedo. El peso del miedo. Lo hermoso inevitable: hilos de lana-luna tejidos con venas tu ombligo el mío emisor receptor y el humo (las señales de) disipándose por obsoleto. El contacto es constante aunque a veces nos vistamos. El contacto es con uno mismo. Voy a asegurarme de no pensar demasiado y que tu estómago no se anude, pero no te prometo nada. Voy a asegurarme de no pensar demasiado y que mi cabeza no se revuelva, pero no me prometo nada. Asegurate de sentirte vivo así mi estómago no se anuda. No me prometas nada. Y si querés vení.
Venir.
Venas
Efervescentes.
Nos resulta
Inevitable
Reincidir.

jueves, abril 10

Aramos

Quizás este estado de serumano doloroso mutilado y lleno de plástico y vacío de verdades es más simple que todo lo demás. Seguro se genera porque nosotros estamos sentados acá, convencidos de que no estamos en ninguna otra parte y en Marte diluvia un poco y rebalsa un cráter. Rebalsamos nosotros entonces, porque aunque no nos demos cuenta y aunque estemos serumando dolorosamente seguimos siendo marte y el cráter y la lluvia y todos los serumanos y el plástico y las verdades. Ser omnipresente es costoso y aturde, ya sé. Ser precavido es mentira y nos deshace la gana y el amor se nos hace difícil, ya sabés, pero lo hacemos igual porque está y es indudableinevitableindispensable. Ser un despierto constante es un poco imposible, y un poco cansa, un poco el cuerpo no puede más. Así que durmamos si querés, si querés te tapo y te acaricio el pelo hasta que te olvides de que estoy acá. Cantame si querés, hasta que me olvide de que existe acá. Durmamos. Tenemos tiempo de dormir hasta que dejemos de creer en el tiempo otra vez, y algo vaya a despertarnos. Algo tiene que despertarnos, estoy segura. Dormir creo que pasa hasta que algo nuevo nos sacuda, nos descalze el corazón, nos desvista la cabeza, nos sirva el café con leche y nos exponga otra vez, frente a todo, desnudos pero de verdad. De verdad destodo. En marte va a tener que parar de llover algún día. Mientras durmamos, que yo nos cuido.