viernes, noviembre 23

Dolores dice

Yo soy en el humo de todas las cosas que se prendieron fuego en la historia del fuego. Por eso no fumo, no porque sea moderna. Soy en los espirales, en las velas, en los incendios y en los cigarros. Bailo mal y me tropiezo sobre los hombres hechos ceniza, en la basura incinerada, en incienso y en mirra. Por eso no fumo, porque estoy prendida. Soy una mujer prendida fuego y yéndose en humo. Sobre mí bailan mal y se tropiezan los hombres hechos ceniza. Entroysalgo de sus pulmones en el humo, en los dibujos del humo, desparramada entre el humo. Por eso fuman, porque un día se apagaron. Se apagaron y me tienen encendida quemándoles la respiración. Se achicharran, no se encienden. Pero ceniza les significa reincendiar. Renacer. Me significa pájaro. Fénix. Pero Javier es el único que Fénix.
He sido cosas más volátiles que el humo. He sido cosas más mugrientas que. He estado más apagada y más encendida. Sobreviví huracanes y me metí al mar. Pero jamás reprendí Fénix. Jamás renací hasta que vos y las manos y todo lo demás. Javier: sos en el vuelo de todo lo que vuela y yo en el humo vuelo en tus pulmones vuelo. Te contamino y vuelo y me caigo y volamos. Entré a quemarte y te prendí fuego y te fuiste en humo y nos confundimos entre partículas y de repente no nos confundimos más. Somos en el mismo humo entrando a los pulmones de mil serumanos que se contaminan de otros y se encienden. Y entonces un cielo rojo de alas. Somos otra vez más volátiles y menos mugrientos que. Somos luz o una pandemia. Pero el humo ya no, ni en nosotros ni adentro de nosotros.

viernes, noviembre 16

una mamushka se balanceaba sombre la tela de una araña...

lunes, noviembre 5

Mujer fatal y/o fetito de coso dónde bajo un (tu) pie.

Hoy pretendo despertarme corriendo y golpear la puerta con los puños si es necesario, con la cabeza si es necesario, con el pulso si es necesario, escuchar los sonidos de hombre esculpiendo universo y de universo escupiendo hombres y de locomotora pisando criaturas y de criatura comiendo las bestias de los hombres. Que el monstruo venga a abrirme la puerta, poder decirle que lo detesto y que le agradezco y que quisiera irrumpir en los secretos y pellizcarlos para que griten. Pretendo dictarte cartas y hacer que te las envíes y las leas en voz alta y que mis palabras en tu boca sean las mismas que en la mía. Hoy insisto en reírme a los gritos y llorar el octavo mar al mismo tiempo y que todo se suceda con la misma rapidez que adquiere el lubdup de los corazones de los gusanos cuando se están alimentando de mí. Transgredir. Hoy no es nada más que un pretender gigante y una acción más bien nula y mi propio lubdup adiquiriendo velocidad a medida que me alimento de vos.